sábado, 25 de abril de 2009

¡ No dispare, soy humano !


"El llamado a  salvar a la humanidad es casi siempre un falso frente para imponer dominio"
-H.L.Mencken

"A mi modo de ver, la humanidad de nuestro mundo puede ser medida frente al destino de África"
-Horst Koehler

"En la granja, todos los animales son iguales. Pero hay algunos más iguales que otros"
-George Orwell

Se ha vuelto tan escaso el atributo  humanidad que se ha convertido en una cualidad y no siempre una cualidad positiva.
En el mundo de los negocios, cuando un jefe es tildado de humano, es un eufemismo para indicar que es débil. Se preocupa demasiado del bienestar de sus empleados en desmedro de los objetivos de la empresa.
En el resto de la vida, añadimos el adjetivo humano para describir una persona sensible hacia las penurias y necesidades de los demás, preocupada por los otros seres humanos, incluso hacia los animales.
Pero, ¿Qué tan humanos somos los seres humanos?
Me da la impresión que somos humanos de manera intermitente, dependiendo de lo que estemos haciendo, la actividad que estemos desarrollando o con quien nos estemos relacionando. Casi siempre somos humanos por condición, pero no por vocación.
Nos preocupamos de nuestra mascota, pero somos incapaces de dar albergue a un perro callejero o dejar de consumir productos cosméticos que experimentan con animales.
 Hacemos donaciones a muchísimas instituciones humanitarias pero no hacemos nada para no consumir productos elaborados a partir del abuso  infantil, sueldos de subsistencia o dilapidación de la naturaleza. Nos preocupamos por el bienestar de los cercanos, pero lo que sucede lejos (y lejos a veces es muy cerca) es sólo parte de un documental que nos encontramos haciendo zapping en la TV.
Y podríamos decir en nuestro favor, que realmente no podemos preocuparnos de todo. Que el día a día nos absorbe tanto y nuestros recursos son tan limitados, que nuestras acciones deben limitarse a lo más próximo. Y es válido. 
Pero es cuestión de actitud. A veces bastaría con decir algo, alzar la voz y verbalizar nuestro descontento. No quedarnos como meros observadores y exigir, a aquellos que han asumido ciertas obligaciones sociales, que hagan algo al respecto.
Pero, ¿Cómo se hace en un mundo repleto de mensajes contrapuestos? ¿Hay moralidad en sostener derechos de unos en desmedro de otros?
Los gobiernos, que basan sus plataformas políticas en el bienestar, el respeto por los derechos y justicia para todos y que por otro lado comercian con países que violan estos mismos derechos. La complicidad del sistema político en el abuso de empresas hacia el medio ambiente. La pasividad de las naciones ante países que gastan la misma cantidad en armamento de lo que han recibido en ayuda humanitaria, sin mencionar que estas armas salen de los mismos países que dan "ayudas humanitarias". Genocidios que se han cometido mientras la sociedad de las naciones discuten si es apropiado o no intervenir. Administraciones que nada hacen para aliviarle la vida urbana a miles de discapacitados, presos de su incapacidad. Una sociedad que opta por la hambruna antes que dejar caer los precios.
Estamos tan alejados de nuestra naturaleza, que tenemos que  usar los términos humano o persona como adjetivos para diferenciar a unos de otros.
Ayuda humanitaria..¿Hay otro tipo de ayuda? 
Tal es la diferenciación de lo que debe o no debe ser humano, que hemos creado unos derechos especiales para los humanos. Los Derechos Humanos. ¿No deberían ser todos los derechos humanos? Pero por alguna razón, es conveniente que no sea así. Y es tan así, que los que constantemente reclaman por la humanización de la sociedad, son tildados de trasgresores y enemigos del sistema.
Cuando entendamos, que nuestra misión en la tierra es la preservación de la especie, el cuidado de las otras y del medio en que vivimos, podremos eliminar la palabra humano como adjetivo y dejarla como un sustantivo, cuya definición simplemente es, un ser que forma parte de la humanidad, un huésped más del planeta que habitamos.


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