domingo, 27 de febrero de 2011

Sobre la Impunidad-

Es la primera vez que hago esto. Transcribir un texto ajeno. Pero como representa exactamente "lo que pienso", y el propósito de mi blog es "agitar mentes", citaré la fuente y, como debe ser, su correspondiente copyright.
Se trata de una parte del artículo de Javier Marías publicado en la Revista Dominical de El País, el 27 de Febrero del 2011. Espero que les guste.

"Son numerosos los dictadores (me niego a hablar de "ex-dictadores", como no se puede hablar de "ex-asesinos") que, en el mejor de los casos, acaban abandonando su país con una fortuna en los bolsillos y jamás comparecen ante la justicia, los últimos bien recientes, Ben Ali de Túnez y Mubarak de Egipto (mientras nuestro Parlamento homenajea al sanguinario Obiang de Guinea). La proporción de asesinatos resueltos, entre los centenares o ya millares cometidos contra mujeres en Ciudad Juárez desde hace quince o más años, es ridícula, lo mismo que la de los habidos, también en México, en la llamada guerra contra el narcotráfico (algo así como el 3%). En tono comparativamente menor, los causantes de la actual crisis económica mundial siguen en sus puestos, la mayoría, y además dando órdenes, pese al inmenso daño ocasionado. O bien Bush Jr, Blair y Aznar, que desencadenaron una guerra ilegal e innecesaria que se ha cobrado más de cien mil víctimas, todas evitables, se pasean tranquilamente por el mundo, con frecuencia aclamados y embolsándose grandes sumas de dinero por sus libros, conferencias y "consejos" a grandes empresas (nadie fuera de sospecha puede requerir a semejantes consejeros).

La sensación de que la impunidad domina es inevitable en nuestras sociedades, y eso las lleva, gradual pero indefectiblemente, a tener una cada vez mayor tolerancia hacia ella; a juzgar que a los individuos particulares no les compete intervenir ni poner remedio, cuando ni siquiera lo hacen los jueces, y a considerar que dejar pasar un delito más del que tengan conocimiento o hayan sido objeto, un crimen aislado de la vida civil, no tiene mayor importancia ni cambia nada en esencia, ante la superabundancia de los crímenes públicos, económicos y políticos, que quedan y quedarán siempre impunes. Se trata de una de las más grandes desmoralizaciones de nuestro tiempo, y de ahí, supongo, mi pesadumbre al escribir sobre ello, aunque fuera lateral, indirecta y ficticiamente, en algo tan modesto como una novela"

- Julián Marías. "La Plaga de la Impunidad"


© EDICIONES EL PAÍS S.L.

El Mundo Árabe cambia... ¿Cambiará?-


"Si queremos que todo siga igual, es necesario que todo cambie"
- Giussepe Tomasi di Lampedusa, Il Gatopardo

"No todo cambio es crecimiento, como no todo movimiento es hacia adelante"
- Ellen Glasgow

No nos equivoquemos. Las muertes en los levantamientos del mundo árabe están siendo realizadas con armas vendidas por los mismos países que ahora alaban los "movimientos democratizadores".

Occidente se mueve rápido, porque hay un nuevo "reparto " al cual no hay que llegar tarde. A diferencia de Irak, no ha hecho falta una invasión física. Los soldados de a pié son los ciudadanos mismos y el combustible lo ha puesto la red, que al final, lo quieran o no, estará al servicio de los grandes intereses económicos. Porque "La red" ya es en sí, un interés económico.


El apuro en realizar las tan necesitadas reformas democráticas no es por un deseo altruista. Es preciso consolidar gobiernos pro-occidentales, que faciliten el acceso a los capitales, antes que tomen las riendas gobiernos islámicos que son "clientes" o "proveedores" más difíciles de tratar y que tienen "agendas" muy distintas a Occidente.


Los años me han hecho desconfiar del uso repetitivo de ciertas palabras.Crisis, un eufemismo que significa "cambio programado para incrementar poder".


Hoy, la palabra es "impredecible". Los alzamientos populares en el mundo árabe han sido algo "impredecible", dicen los diplomáticos y financieros occidentales. Lo dudo. Hoy por hoy, ya casi nada es "impredecible", salvo los terremotos, maremotos y demás fenómenos naturales.

La aristocracia económica del mundo ha decidido que es tiempo de quitarse del medio a los "millonarios advenedizos" que han estado adquiriendo demasiado poder en su propio patio. Los tiranos árabes tienen importante ingerensia en el mundo económico occidental y es tiempo de cambiar eso.


Si esto fuera el siglo XII se hubiese usado la fe como motivo principal, pero en el siglo XXI, la bandera es "la democracia".

Y volverá la corrupción, y la venta de armas y lo que haga falta para asegurar jugosos contratos.


Quisiera creer en la "pureza de la revolución", pero la misma racionalidad que me impide creer en la virginidad de María, la infalibilidad del Papa y en un dios castigador, me impide creer que lo que está pasando en el mundo árabe sea "espontáneo" o haya sido "impredecible".


Mientras tanto, los G-8, G-10 y G-20's siguen y suman. Le ponen nuevos collares a los mismos perros, y siguen pidiendo "sacrificios" para pagar su crisis inducida. Sus inversiones siguen contaminando , talando y dilapidando recursos-porque para esto sí tienen voluntad política- mientras nos piden reciclar nuestra humilde basura diaria.


Y ahora, también nos quieren hacer creer que de un día para otro se han dado cuenta que los que hasta ayer fueron sus "socios", ahora son tiranos a los que hay que sacar del poder...no antes sin "congelar" todos sus bienes en Occidente.


Enrique VIII se separó de Roma para conseguir su ansiado divorcio y para poder decomisar todos los bienes de la Iglesia.

La historia tiene la costumbre de repetirse, o que la repitan. Sólo hay que tener el poder y la voluntad de hacerlo. Que todo cambie, para que todo siga igual. Amén.




martes, 8 de febrero de 2011

Y ahora, ¿Quién podrá ayudarnos?-



"Las películas pueden y tienen una tremenda influencia en moldear la vida de los jóvenes en el ámbito del entretenimiento hacia los ideales y objetivos de una edad adulta normal."

- Walt Disney


"El cine trata de lo que está en el marco y en lo no lo está."

- Martin Scorcesse


En el cine norteamericano de los años 70 y antes, había un código no escrito, pero ferozmente impuesto por la Motion Picture Association of America, por la que el mensaje claramente debía ser "El crimen no paga". Me vienen a la mente muchas películas de la época, pero en concreto, de 1960, Ocean´s Eleven. Un divertido film con Frank Sinatra y su famoso "Rat pack", en donde Frank y sus amigos desvalijan cinco de los casinos más importantes de Las Vegas. Y lo consiguen. Pero de una manera muy humorística, pierden el botín, cremado en un ataúd. Es significativo, porque en su remake del 2001, esta vez George Clooney (tan buen actor como Sinatra-a buen entendedor, pocas palabras), la pandilla se queda con el botín. Por cierto, la película de Sinatra inspiró en 1963 una versión francesa, Mélodie sous- sol, con un final igualmente humorístico y moralizante.

Mientras la MPAA viajaba por el mundo, como brazo del Departamento de Estado de los EEUU, asegurando que se respetaran los derechos y las remesas del cine norteamericano, en casa aflojaron. Empezaron a aparecer films donde los villanos no solo no morían, si no que que embolsaban sus trabajados botines.

¿A qué viene todo esto?, dirán ustedes. Pues bien. Últimamente me he cruzado con un par de pelis que tienen claros signos de esa vieja moral fílmica. El Americano (otra vez Clooney) y, curiosamente, una película argentina, Carancho (Ricardo Darín- mejor que Clooney). En ambas, el protagonista esta a punto de redimirse, gracias a sendas mujeres, pero el director no les deja. Los hace pagar por sus vidas.

Y trato de entender lo que puede estar sucediendo. Ya no está la mano de la MPAA atrás de esto, y menos en el caso de la segunda, pero ¿Responderá esto a un deseo profundo de querer castigar al arquetipo del villano de nuestros días?

La sociedad permanece asombrada viendo como los villanos financieros y políticos quedan indemnes, salvo raras excepciones, y de la misma manera en que Harry Callahan, el sucio, se convirtió en el alter ego de millones que no comulgaban con la permisividad policíaca y legal , hoy parecería que quisiéramos decir "El crimen no paga".

Porque el cine tiene esa particularidad. Hacernos creer que pueden existir personajes, idealistas, incorruptos y dedicados, que resuelvan nuestros problemas, o por lo menos que lo intenten. Más de lo que hacen nuestros políticos y gobernantes.

Es una ilusión, sin duda. Pero por eso que la realidad siempre supera a la ficción, quizás allá fuera esté el héroe de esta nueva era. No será un Rambo, ni un Callahan...tal vez osados cibernéticos que pongan en jaque al sistema...¿Qué dirá Hollywood?