viernes, 18 de marzo de 2011

El peor de los desastres-


"El orgullo y el exceso provocan desastres".
- Xun Zi

"En cuanto crees que lo tienes todo bajo control, el desastre acecha a la vuelta de la esquina"

- Joe Paterno


Sería de mal gusto redundar en la catástrofe que ha azotado Japón, cuando los medios de comunicación nos han mostrado miles de imágenes. Pero por muchas imágenes que veamos no podemos dimensionar la magnitud de la tragedia. Como dijo el cónsul de Japón en Barcelona, "Los daños materiales son reponibles. Lo preocupante son las secuelas sicológicas".

Y es que caminar por calles donde antes estaba tu casa, tu familia, tus vecinos y tus recuerdos y no ver más que escombros, tiene que dejar una huella imposible de borrar.

Pero con la naturaleza no se juega y sobre todo no se le tienta. Desastres naturales han habido desde el "día cero"- de hecho gracias a ellos tenemos mares, montañas y continentes- y no han cesado desde entonces. El problema se agrava cuando el hombre buenamente decide vivir en zonas altamente peligrosas...Crónica de una muerte anunciada, si me preguntan.
No contentos con esto, le agregamos edificios y casas, que no solo no soportan esos embates si no que se convierten en los elementos que nos dañan. Y si encima añadimos centrales nucleares...bueno, estamos invitando al desastre.
Pero los desastres no sólo vienen en forma de fenómenos de la naturaleza. La historia está plagada de "desastres humanos". Personajes que han despachado más gente que cientos de terremotos, huracanes, avalanchas y maremotos. Stalin y Hitler, por nombrar a algunos.
Y están lo que contemplan como suceden estos desastres y, por intereses "inconfesables" no hacen nada para impedirlo.
Ghadafi está asesinando a su propia gente, es verdad, pero no nos olvidemos por un instante que las armas que está usando para hacerlo le fueron vendidas precisamente por aquellos que hoy le condenan. ¿Cómo se come eso?..."Te vendo armas, pero no las uses".
No miremos pues, a la naturaleza, condenándola por los tremendos efectos de sus impresionantes manifestaciones. Ella hace lo único que sabe hacer: moverse.
Sin embargo, el ser humano hace lo que no debe a sabiendas del daño que hace. Lo hace porque odia, por orgullo, por dinero o por interés. Contamina, asesina, dilapida. Extorsiona, encarcela y aniquila a otros seres humano y especies animales.
El hombre es el peor de todos los desastres naturales...pero no todos.