martes, 20 de noviembre de 2012

Nacionalismos a la vista.

" El nacionalismo es una enfermedad infantil. Son las paperas de la humanidad"
- Albert Einstein

"No es fácil ver como las formas más extremas de nacionalismos puedan sobrevivir cuando los hombres han visto a La Tierra en su verdadera perspectiva, como una pequeña esfera entre las estrellas"
- Arthur C. Clarke

No me gustan los nacionalismos. Me producen urticaria, desconfianza y automáticamente me traen a la mente millones de personas consumiendo "slogans", que les producen ceguera política.

El nacionalismo es excluyente porque, por definición, obliga a definir quién pertenece o no pertenece a esa entidad llamada "nación"
El nacionalismo hurga en el pasado para darle significado al presente y si es necesario, lo vuelve a escribir, lo tergiversa hasta encontrar lo que le conviene para explicar su accionar.
El nacionalismo siempre busca culpables "externos" a sus problemas internos. Pueden ser culpables raciales, territoriales o históricos, pero la culpa siempre es de otros.
El eje del nacionalismo es el prejuicio, porque para definir a "los enemigos" es necesario generalizar para mostrarlos como un verdadero peligro a la integridad de la nación.
El nacionalismo pone a "la nación" por encima de los ciudadanos, y nada que ponga una "cosa" por encima del individuo es bueno.
El nacionalismo se nutre de símbolos porque el símbolo es algo fácil de gravar en el mente de las masas. Actúa como un botón que desencadena todos los prejuicios anteriormente sembrados en la mente de los seguidores.
Finalmente, los nacionalismos se nutren del temor, de la desconfianza ante lo diverso, de lo distinto.

Porque estoy a favor de las sociedades multi-culturales, diversas, y de mezclas étnicas. Porque creo en un mundo que no tendrá fronteras. Porque para solucionar los problemas de una sociedad, primero hay que detectar los propios errores, falencias y problemas. Porque estoy en contra de las generalizaciones y de los prejuicios a los que conlleva. Porque pienso que sólo el bien común puede estar por encima del individuo y ningún símbolo se merece más respeto que una persona.
Y porque creo que el futuro de una sociedad está en manos de su educación y no en su indoctrinamiento, es que me aparto de cualquier pensamiento nacionalista.


lunes, 19 de noviembre de 2012

Entre tanto demonio, hay ángeles-


" Nunca pienses que la guerra, por necesaria o justificada que parezca, no es un crimen"
- Ernest Hemingway

"El hombre no tiene derecho de matar a su hermano. No es excusa que lo haga en uniforme: sólo suma la infamia de la servidumbre al asesinato"
-Percy Byshee Shelley

No hay como justificarlo. Ni en defensa propia. Y todavía me resulta más depravado el uso de un pasado en el que murieron millones a manos de uniformados, en actos que justificaban con conceptos filosóficos, legales y nacionalistas. No es posible que  los hijos y nietos del Holocausto lo utilicen como justificante de las atrocidades que se cometen contra el pueblo palestino. Porque si con motivo de perseguir a líderes de Hamas se castiga a la población civil, es rebajarse al nivel del salvajismo al que se dice combatir.

Sin detenerme en los motivos que tiene cada lado, sí me queda claro que no hay voluntad política, ni de un lado ni de otro, de resolver un conflicto que DEBE ser resuelto, porque el destino de ambos pueblos es llegar a convivir y la no resolución significa genocidio, o de Israel o del pueblo palestino. Pero convendría bucear en los verdaderos motivos por los cuales grupos de ambos lados no quieren que se resuelva...o tal vez grupos de afuera.

Hoy, que Europa vive momentos oscuros, quiero pensar en momentos mucho más oscuros que los actuales. Países que lucharon, se mataron y violaron se esfuerzan por encontrar soluciones comunes, comparten compañías, borraron fronteras y han sabido superar los odios del pasado.

¿No somos capaces de aprender del pasado? ¿O tenemos que volver a vivir cada experiencia para llegar  a la misma conclusión? No importaría si en el camino no quedaran tantos, tantos cadáveres y aunque al final todos moriremos, tendríamos que tener el derecho de hacerlo de una forma digna y no por una explosión, un misil, un tanque o una bala.

Cuando suceden hechos, como los que están sucediendo en palestina, es cuando me doy cuenta que nuestra naturaleza troglodita aún está muy presente y cuando veo las manifestaciones dentro de Israel pidiendo por el cese de las hostilidades, siento que algunos trogloditas estamos creciendo alas...menos mal.