lunes, 30 de marzo de 2009

Si supiéramos todo. Parte IV

Cuando disentir es parte del sistema-

"El descontento es el primer paso en el progreso de un hombre o una nación"
- Oscar Wilde.

"El gobierno es demasiado grande e importante como para dejarlo en manos de los políticos"
-Chester Bowles

Ernesto "Che" Guevara se convirtió en los años 70´s en el paradigma de la disensión. Uno de los pocos personajes revolucionarios que lograron mantenerse en el lado opuesto del sistema, Guevara incluso criticó duramente al proceso revolucionario que el apoyó a llegar al poder en Cuba.
Y entonces, la figura del "Che" fue incluida en afiches, camisetas, tatuajes y hasta se le hizo cantar y bailar en el famoso musical "Evita". Guevara fue asesinado, con la ayuda de su mentor, y convertido en un mito desnaturalizado, parte de un sistema que lo hizo negocio.
El sistema en el que vivimos tiene la habilidad de fagocitar sus anticuerpos. Es tan así, que el paladín mediático de la disensión, Michael Moore, fue galardonado con un Oscar. Que mejor manera de transformar algo, que estaba destinado a ser denuncia, en parte de la industria del entretenimiento. Una industria, que como veremos, es uno de los principales vehículos del adormecimiento de las conciencias. Para colmo, el Sr. Moore se presentó a aceptar su Oscar.
Esto de dar un Oscar a los disidentes, tal vez se ponga de moda. Al Gore, que fue vicepresidente de un gobierno que tampoco quiso firmar el acuerdo Kyoto, también se ganó el suyo, gracias a su documental sobre el desastre de la contaminación. Oscar para la disensión. Buena manera de neutralizarla.

Siempre hemos sabido que lo más importante para no ser engañados es tener información. Pero, ¿Cómo combate el sistema el acceso a esa información? Muy fácil, con mucha información.
Algunos años atrás, si nos interesaba el deporte, debíamos pacientemente esperar nuestros programas deportivos, buscar la sección de deportes en los diarios o comparar alguna revista deportiva.  Hoy tenemos innumerables programas y canales en el cable, sin número de revistas exclusivas de ciertos deportes y páginas de Internet dedicadas al rubro. Podríamos pasarnos todo el tiempo de ocio disponible viendo deporte. Y lo mismo sucede con muchas disciplinas como la historia, el cine, la cocina, etc...
Tanta información consigue aislarnos de los temas que realmente importan. Es tanta la información que no tenemos tiempo de procesar, y mucho menos de analizar, si los contenidos que nos dan son veraces o si esconden segundas intenciones. 

La industria de la información ha sido siempre un poder, y hoy, son grupos económicos que buscan sus propios intereses que no son otros que los que enarbola el sistema. No hace falta que las corporaciones y el estado controlen la información (que lo además, lo hacen), ni tampoco es necesario limitar la disidencia, porque es tanta la maraña informativa que es físicamente imposible decodificarla. El propósito es confundir y desinformar.

A principios del siglo XX, la sociedad japonesa vivía una profunda crisis misógina. Los altos índices de maltrato a la mujer y de violaciones sexuales estaban fuera de control. El emperador Meiji, el gran transformador de la sociedad nipona, legalizó la pornografía y se abrieron los ahora famosos baños públicos mixtos, en definitiva, la sexualidad dejó de ser tabú. El resultado fue positivo. La sobre exposición del sexo aminoró considerablemente los delitos sexuales.
Con la información pasa lo mismo. Tanta información nos adormece el sentido crítico por el sólo hecho de no poder absorverla. Una nueva forma de fomentar la ignorancia.

Hace poco, un supermarcado, cerca de donde vivo, cerró sus puertas y levantó grandes carteles que leían : Hemos cerrado para volver a abrir y darle un mejor servicio. Unos meses después,
el lugar efectivamente reabrió, pero en vez de un supermercado ahora era una consecionaria de automóviles. Esto, que realmente no tiene ninguna incidencia en nuestras vidas, sucede en otros órdenes de nuestra vida que sí nos afectan. Por ejemplo. ¿Cuantas veces no hemos visto los anuncios económicos negativos del gobierno generalmente ir acompañados de un "Podemos esperar una mejoría para el primer semestre del próximo año" o directamente "Para el próximo año fiscal"?. Qué bueno. Así estacionan nuestras preocupaciones por unos meses y nos crean la falsa percepción que alguien se está ocupando del problema. Y,¿A qué me hace recordar esto? A la promesa de salvación.
Nadie tiene el tiempo-porque debemos trabajar, ocuparnos de nuestras familias, navegar por océanos de información y entretenernos- para estar chequeando las miles de promesas incumplidas y las mentiras con las que diariamente nos alimentan. Y si disentimos,¿Quién nos escucha?

¿Cuantos políticos conoce que han debido ir a la cárcel después de un escándalo de corrupción? Yo, ninguno. Eso sí, se les sanciona políticamente, pero eso no les impide reaparecer como directores de empresas, consultores y en otros cargos políticos. Y hago mención de esto, porque el manejo de la información es tal, que cualquier cosa indebida que suceda, al poco tiempo, es tapada por aludes de tinta, hasta caer en el más absoluto olvido. Y así sucede con los "Impuestos de emergencia". Una vez desaparecida la emergencia, nos siguen cobrando el dichoso impuesto.
Mientras tanto, que no se le ocurra a un ciudadano común y corriente violar alguna normativa, o dejar de pagar impuestos. Nos produce más temor la visita de un agente fiscal que la de un policía.
La clase política es eso, una clase y se protege a sí misma como si se tratase de una organización gremial. Aparentemente se critican, se insultan y descalifican , pero todo es parte de un show mediático cuidadosamente coreografiado para dar la impresión que existen opiniones diversas y que existe una verdadera preocupación por los ciudadanos. Es como un "reality", el primero que se inventó. Siempre se ha tratado de mantener el status quo político para que esa clase mantuviera las riendas del poder. De vez en cuando nos tiran un "huesito"-no vaya a ser que nos demos cuenta- para mantener las apariencias,y siempre habrá uno que se preste de "chivo expiatorio", a la usanza de la Mafia. Al final, se están protegiendo los unos a los otros para que la clase política, en su conjunto, se mantenga en el poder.
No sé si viene al caso, pero vale la pena mencionarlo. Henry Kisinger, secretario de estado de los EEUU y uno de los reconocidos "halcones"de la administración Nixon, el gran promotor de la escalada bélica en Vietnam y de los bombardeos a la población civil vietnamita, fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz. Y Capone fue a la cárcel por no pagar impuestos.
Me viene a la mente las conversaciones "de paz" entre norteamericanos y vietnamitas y más recientemente entre Palestinos e Israelitas. Se dan la mano, sonríen y luego se levantan y cada uno a su casa. Mientras tanto mueren miles de sus ciudadanos.
Sin ir más lejos, en nuestra propia casa, los políticos hacen acuerdos y componendas, comprometiendo proyectos para la gente, con tal de asegurarse votos en otros proyectos y así, traicionando a sus propios votantes.
Es por esto que clase política entra en crisis cuando otros factores amenazan su permanencia, como el advenimiento de las dictaduras. Estos son intrusos que pretenden reemplazarlos con otra clase política que disfrutaría de los beneficios del poder.
Las redes de poder funcionan en ámbitos insospechados. Y esto no es nuevo. Al Capone tenía comprada a la policía y al sistema judicial de Chicago. Hoy en día, la única manera que el narcotráfico florezca es con la complicidad de gobiernos, personeros y autoridades. Algunos por dinero y otros, para crear otra forma de control. El sistema del narcotráfico se mantiene de manera brillante bajo las leyes de la oferta y demanda, manteniendo los precios lo suficientemente altos para que sea lucrativo y suficientemente bajos para que no caiga el consumo. Las redadas y operativos ayudan a mantener este equilibrio. Un sistema de control, adormecimiento y lucro que se auto financia con ayuda oficial. Como un canal de TV.
(continua)

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