viernes, 8 de mayo de 2009

¡ Estamos Salvados !

“Que todo sea diferente no significa que las cosas hayan cambiado”

-Irene Peter

 “Lo más importante en la vida es el amor. Personalmente soy afortunado, porque amo el dinero”

- Anónimo

La inolvidable escena de “El bueno, el malo y el feo”, el clásico de Sergio Leone, cuando “el feo”(Eli Wallach) hace caminar por el desierto a “el bueno”(Clint Eastwood) convirtiéndolo en una piltrafa humana, sediento e insolado, me dejó una gran enseñanza.  Seguidamente en el film, "el malo" se da cuenta que su víctima conoce el secreto de donde está el tesoro y rápidamente entiende que no lo puede dejar morir. Así que lo lleva a un monasterio para que se recupere. “El malo” se acerca al lecho donde “el bueno” se recupera y le dice: “Menos mal que yo estaba allí cuando esto te pasó”

 Desde Wall Street, la Meca del mundo de las finanzas, nos anuncian que ya está, hemos tocado fondo, y lo peor ya ha pasado. Menos mal que que estaban allí cuando todo esto pasó. ¿Quienes?  Los altos ejecutivos de las corporaciones que podrán volver a soñar con sus grandes bonos, los banqueros que sobrevivieron y seguirán haciendo dinero, los poderosos capitales que compraron acciones a “precios de huevo” y son más fuertes que nunca y la clase política, bueno, esos nunca estuvieron en peligro y hablaron interminablemente de cómo iban a resolver el problema.

Poco importa los que quedaron en el camino. Miles de plazas de empleo que no volverán, ahorros que se esfumaron y colapsos de millones de pequeñas economías borradas del mapa. Pero estamos salvados.

Y, ¿Ahora qué?

Miro con tristeza a aquellos que pensaron que de esta “crisis” emergería una nueva concepción del mundo, menos utilitarista, menos monetarista y más humana. Desgraciadamente, todo sigue igual que antes, pero peor. Porque ya no podemos culpar a la crisis de todos nuestros los males y, una vez más, caemos en la cuenta que todos somos humanos, pero algunos son más humanos que otros.

Ahora nos toca preocuparnos por lo de siempre, pero eso sí, con más vocabulario. Ahora sabemos que “Dow Jones” no es el marido de la señora Jones, que “acción” no es un procedimiento y que “bolsa” no es un artículo para poner la compra. Aprendimos que cuando los bancos flaquean, lo compran otros bancos que a su vez reciben dinero de los contribuyentes. Aprendimos que las grandes corporaciones sobreviven y se hacen más grandes y que, no importa cuan grande y profunda sea una crisis, la industria militar ni pestañea. Y ¿Qué pasará con las grandes ofertas de casas y apartamentos? Aprendimos que si daban un 20% de descuento y todavía era negocio, ¿Cuánto de más cobraban antes? Finalmente aprendimos que la cuerda siempre se corta en el punto más delgado, y que ese es precisamente el punto donde estamos usted y yo.

Pero pasó lo peor. Podremos volver a  leer las noticias deportivas antes que las económicas y si Angelina Jolie adopta otro hijo, la noticia volverá a la primera plana de los diarios. De nada servirán los nuevos conocimientos que hemos adquirido sobre economía, porque como siempre, esta estará en manos de los mismos de antes. Los mismos que causaron que todo esto pasara y que, en algún momento futuro, volverán a hacerlo. ¿Cuándo? Cuando sientan que haya que “redistribuir” la riqueza del mundo y quieran dejar bien en claro quien o quienes manejan al mundo.

Business as always”, dicen en Wall Street. Adiós a toda esperanza de un mundo nuevo, decimos nosotros.

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