sábado, 14 de julio de 2012

Cambalache revisitado.



Hoy resulta que es lo mismo
ser derecho que traidor,
ignorante, sabio o chorro,
generoso o estafador...
¡Todo es igual!
¡Nada es mejor!
Lo mismo un burro
que un gran profesor.
No hay aplazaos ni escalafón,
los ignorantes nos han igualao.
Si uno vive en la impostura
y otro roba en su ambición,
da lo mismo que sea cura,
colchonero, Rey de Bastos,
caradura o polizón.
-Enrique Santos Discépolo (1935)

No vamos a mejor. Vamos a peor. Varios amigos han decidido no leer más las noticias, y confieso que en más de una ocasión he tenido la tentación de limitar mis lecturas a "deportes", "espectáculos" y "viajes". Pero no puedo. Porque hasta en en esas secciones mis ojos no pueden evitar encontrar indicios de la corrupción que se filtra en todos los órdenes de nuestras vidas. 
Los intereses mezquinos y "agendas ocultas" han "Mafi-cado" prácticamente todos los ámbitos de la sociedad.

Aquellas instituciones en las que día a día depositamos nuestra confianza, porque así se nos ha inculcado...
La Iglesia, que debería ser un refugio espiritual para los acongojados (cada vez más), inmersa en una guerra de poder haciendo honor a su tradición medieval. Y ni hablar de la ocultación sistemática de los casos de pedofilia.
Los laboratorios que sobornan y ocultan información para así seguir vendiendo sus productos sin la menor consideración hacia los usuarios en busca de mejorar su salud.
Los bancos, templos depositarios de lo que ganamos con nuestro trabajo, fuente de créditos para comprar vivienda, hoy son verdugos implacables dispuestos a cualquier cosa con tal de mantener su rentabilidad y el sueldo de sus planas mayores. 
Gobiernos y políticos, aferrados a su status de casta privilegiada, incapaces y faltos de voluntad política para dejar diferencias a un lado por el bien común.
Líderes y magnates, más preocupados por aumentar su poder y su riqueza que de los miles de hambrientos y desposeídos del mal llamado "Tercer Mundo", porque lo consideran directamente "Otro planeta"
Corporaciones que prefieren pagar multas antes que remediar la contaminación que producen y mantener sus beneficios aunque sea utilizando mano de obra en condiciones infra humanas.

Y de allí hacia abajo, todo impregnado por la misma filosofía del "todo vale" con tal de conseguir más. Es el Capitalismo en su más extrema expresión.

"Siglo XX, Cambalache"...Siglo XXI peor.

Pero algo está cambiando, quiero creer. "La primavera árabe", el "15 M", "La toma de Wall Street"...tengo la impresión que las redes sociales cada vez más son críticas, más denunciantes, más indignadas...falta dar un salto cuántico, de lo virtual al mundo real y así, tal vez, se logre algo.

1 comentario:

  1. Afortunadamente Paul, cuando fallan las instituciones que debieran protegernos, salen a la luz la integridad y la transparencia de los individuos que conformamos el pueblo. Es una lucha desigual, pero no por ello una guerra perdida.
    David venció a Goliat, contra todo pronóstico. ¿Watergate? ¿La Bastilla?
    Tenemos que plantar cara con las "armas" que tenemos, aunque sean tan humildes como una honda. Lo que no podemos es mirar hacia otro lado.

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